domingo, 27 de marzo de 2016

MODERNIZACIÓN- CRECIMIENTO HACIA AFUERA- DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO



MODERNIZACIÓN Y MILITARISMO

Introducción.

“En el último tercio del siglo XIX se estaba terminando de gestar una economía mundial, regida por Europa y fundamentalmente por Gran Bretaña, que anudó de manera irreversible las vinculaciones económicas de las naciones periféricas – productoras de materias primas y adquirientes de productos manufacturados- con el centro industrial constituido por aquella región. Para que esa economía global funcionara eficazmente era necesario que las pautas propias del sistema capitalista – en el plano económico, pero también político, social, cultural- de los países europeos, fueran aceptadas y adaptadas internamente por los países periféricos. La adopción cabal, o cada vez más completa, del sistema económico capitalista, era imprescindible para que la relación comercial con el centro industrializado fuera fluida y las naciones periféricas pudieran engranar en la economía mundial. Con respecto al Uruguay, la historiografía nacional ha aceptado el concepto de que modernización significó el esfuerzo del país por ponerse a tono con las demandas exteriores, no sólo en el plano económico sino también en el político y cultural. (…) Tal hecho implicó un aumento de la dependencia nacional con relación a los países industrializados de Europa. (…)
Desde el ángulo político, el Militarismo significó la sustitución de los partidos tradicionales en la conducción del Estado. En éste, cada vez más debilitado, se había creado un verdadero vacío de poder que los partidos políticos (blancos, colorados, principistas) fueron incapaces de llenar. (…)”

 Nahum, B, “Manual de Historia del Uruguay 1830-1903”, E.B.O., pág. 170

1-Subraya las ideas más importantes del texto.


Antecedentes del crecimiento económico...y la modernización
En el proceso de la modernización que se dio en el Uruguay –en forma similar al de toda América Latina- podemos reconocer cambios económicos,políticos, sociales e incluso en las mentalidades.
Este proceso iniciado en los años sesenta con el aporte inmigratorio, se aceleró hacia los años setenta –cuando las fuerzas vivas del país apoyaron a sectores del ejército, y se consolidó durante el período batllista con una


mayor participación democrática.
En líneas generales estas transformaciones dependieron de la realidad de cada país. La economía de América Latina entró más de lleno en la era capitalista en relación con el mercado internacional y en base a inversiones extranjeras, cambiando la forma de producir y de trabajar. La modernización supuso para los países de América Latina un rápido crecimiento en comparación con otras regiones no industrializadas, como África o Asia. Sin embargo, también produjo grandes desigualdades entre los distintos países y en el interior de cada uno.
Políticamente, los Estados se fortalecieron y ampliaron sus funciones, generalmente de la mano de gobiernos de fuerza o de dictaduras.
Aspectos sociales: inmigración en algunas regiones, definitiva abolición de la esclavitud, difusión del trabajo asalariado, crecimiento de las ciudades y de los servicios.
Aspectos culturales: paulatino cambio de las mentalidades tradicionales y mayor influencia de lo europeo.

Sobre la cría de ovinos
Juan Mac Coll señalaba en 1861:
“Aunque la riqueza del país puede ser, y de hecho ahora consiste, en el ganado
vacuno, es necesaria poca reflexión para convencernos que el futuro
de este país está atado a la cría de la oveja. La subdivisión de la tierra
que ella trae, el número de gente que ella emplea y los hábitos de paciente
atención y subordinación que ella engendra, son bendiciones (...).
A medida que la población aumenta y más capacidad se requiere para
ganarse la vida, las latentes energías del gaucho saldrán adelante, y en la
lista de los agentes civilizadores, la cría de la oveja está destinada a ejercer
una influencia poderosa. El gaucho es ya nuestro más seguro pastor.
Alojado en un confortable puesto, como una cama decente para dormir,
alentado a casarse y enseñado a cultivar un pedazo de tierra para el uso
de su familia, está siendo rápidamente apartado de sus hábitos nómades
y convertido en un miembro útil de la sociedad; y los que experimentan
con las revoluciones, si alguna desgraciadamente sucediera otra vez, lo
encontrarán muy renuente a sus seducciones.”

Tomado de Barrán, J.P –Nahum, B., Historia rural del Uruguay Moderno, Tomo I, p. 173.

Carta del colono valdense, Juan Pedro Baridón, 5 abril de 1857:
“Compré terreno como para criar 50 vacas, tres o cuatro bueyes, 6 u 8 cerdos,
unas 200 gallinas, 15 o 20 caballos y unas cuantas ovejas. En este país en vez
de llevar todo sobre los hombros uno lo lleva tranquilamente de a caballo. (...)
Aún cuando uno tuviera que morir aquí, la familia no quedaría en situación
tan precaria como en el Piamonte. Al llegar acá hemos recogido (en campos
ya segados) en el espacio de un mes, trigo suficiente para todo el año. (...)
País muy sano. No se conoce otra enfermedad que la de la muerte. Los vecinos
nos convidan para que nos relacionemos con sus familias; ellos nos
brindan hospitalidad...”
Otro inmigrante, José Planchón, escribe en una carta en 1857:
“Vivimos en campaña; mi hermano Juan Pedro está con nosotros. Hemos
cosechado 40 bolsas de maíz, y nos ocupamos ahora de sembrar trigo. Tenemos
bueyes, toros, vacas, cerdos y gran cantidad de gallinas. (…)
Recomiendo a las familias que quieran venir, que traigan toda su ropa,
pues aquí no hay tejedores; que traigan también toda clase de semillas, y
grandes hoces para cortar el trigo.”

Documentos citados en Caetano – Rilla, Historia Contemporánea del Uruguay, p. 63.

Factor que incidió en el aumento de la población uruguaya en el siglo XIX, fue la inmigración. En el censo de 1860 se registra en todo el Uruguay un 34% de extranjeros y para Montevideo, 48%. Del total de extranjeros
en 1860, un 34% eran argentinos y brasileros. El 53% eran europeos: 25.2% españoles, 13.5% italianos, 11.78% franceses y, el resto de otras nacionalidades como ingleses o alemanes. 

A partir de los textos 1. Realiza un cuadro: a. En una columna, las virtudes que los colonos valdenses identifican en el territorio. b. En otra, las deficiencias. 2. Identifica los valores que caracterizan a los valdenses. 3. Relaciona la información y el
proceso de modernización.


Más paz, más ganado
Después de la Guerra Grande, la paz interna significaba menos matanzas
indiscriminadas de animales, lo que permitió que los vacunos se reprodujeran
llegando a la cifra de 7 millones de animales en 1862. Con la recuperación
de la ganadería volvieron a funcionar los saladeros y el comercio
exterior. La tierra subió de precio y aquellos inmigrantes que la habían
comprado muy barata después de la Guerra Grande vieron aumentar sus
ganancias. El país pudo exportar nuevamente cueros y tasajo. El comercio
internacional creció principalmente por dos razones. Una, por el comercio
de tránsito: las guerras civiles continuaban en la Confederación Argentina
y buena parte de la producción de esa región se exportaba por el puerto de
Montevideo. La otra razón era que Europa necesitaba comprar los cueros
que vendía el Uruguay para sus industrias.
Pero la abundancia de ganado podía tener una consecuencia negativa:
el precio del cuero bajaba y eso perjudicaba a los estancieros y a los comerciantes
ya que el país sólo tenía cuero y tasajo para exportar. De la mano de
algunos estancieros –muchos de origen europeo- llegó una posible solución:
la cría de lanares.

Estos estancieros ubicados en los departamentos del Litoral –Paysandú, Río Negro y Soriano- y en el Sur –Canelones y San José- iniciaron un proceso de mestización del ganado lanar. Con una mentalidad más emprendedora y capitalista, invirtieron en la importación de animales de raza para obtener mejores lanas.
Otros asuntos exteriores influyeron en la cría de lanares. Las lanas de calidad eran requeridas por los países que se dedicaban a la industria textil, como Francia o Gran Bretaña. Un aspecto en particular favoreció a las exportaciones de lanas. Estados Unidos, que era el principal proveedor de algodón para la industria inglesa, sufrió entre 1861 y 1865 una guerra civil llamada la Guerra de Secesión. Eso impulsó a los europeos a buscar nuevos mercados de donde obtener fibras textiles, como el algodón de Egipto o la India y la lana que ofrecían Argentina, Uruguay y Australia.
Así se diversificaron la producción y las exportaciones. El tasajo se vendía a Brasil y Cuba para el consumo de los esclavos. El principal comprador de cueros siguió siendo Gran Bretaña y las lanas se ubicaron en Francia y Bélgica.
En las estancias se produjeron cambios significativos. La cría de ovinos y vacunos son actividades complementarias porque pueden ser criados en el mismo campo, en tiempo de sequía mejora la producción del ovino y en el de lluvia, la del vacuno. El ovino puede ser esquilado todos los años sin necesidad de matarlo. Se necesitaban corrales para proteger a los animales de raza, contratar más peones para su cuidado y la esquila. Los estancieros que invirtieron en esta actividad vieron así asegurada y acrecentadas sus ganancias. La tierra se valorizó respecto al período anterior. El cambio en la forma de producción fue tan importante que ha sido denominado por los historiadores como la revolución del lanar.

Del punto de vista social, la cría de lanares trajo relevantes consecuencias. Por un lado, aumentó la mano de obra asalariada de peones en las estancias.

Por otro, favoreció a los pequeños productores y se creó una clase media rural. Se esperaba que la cría de lanares cambiara la situación de los gauchos, aquellos hombres sueltos que aún eran numerosos en la campaña y que muchas veces vivían de la matanza de ganado.


Militarismo:....

ANTECEDENTES: En 1875 la situación del Uruguay era el resultado de treinta años de luchas entre blancos y colorados y entre caudillos y doctores, que habían impedido la desmilitarización de la población y habían abortado los intentos de desarrollo económico. Como sucedía en 1830, al comenzar su vida independiente, el poder del gobierno competía con el poder de los caudillos. Estos discutían y se oponían, incluso con las armas, a las decisiones del gobierno que les molestaban. Pero los caudillos también, en más de una ocasión, eran la voz de los “sin voz”, es decir los sectores desplazados del poder político y económico. Por lo tanto era imposible eliminar a los caudillos, porque su existencia respondía a una realidad social y económica.
En ese marco de luchas constantes y gobiernos débiles, la situación económica no era alentadora. La falta de un gobierno estable impidió establecer un modelo de país con continuidad en el tiempo; los escasos proyectos de desarrollo no tuvieron tiempo suficiente para ser aplicados o eran demasiado alejados de la realidad del país. Las crisis fueron una constante en la economía, que dependía mucho de las fluctuaciones económicas internacionales.
Por todo esto, para 1875 algunos sectores socio-económicos se habían cansado de tanta inestabilidad que perjudicaba sus intereses y, temiendo quedar al margen de la reorganización del mundo capitalista, buscaron nuevas soluciones políticas, distintas a las tradicionales: caudillos y doctores.
Los factores que van a incidir en la creación de los gobiernos autoritarios fueron:
A) La formación de un grupo de presión por parte de los estancieros empresarios para lograr una paz, incluso a la fuerza, para asegurar que sus inversiones fueran rentables. Ese grupo de presión se concretó institucionalmente con la creación de la Asociación Rural del Uruguay. Las revoluciones, las levas forzosas, la requisa de caballos y las matanzas de ganado para alimentar los ejércitos, eran los problemas a los que este grupo quería poner fin.
B) Las consecuencias de la crisis del 68 que había afectado a los comerciantes.Los grandes comerciantes, vinculados a los oristas  formaron otro grupo de presión para hacer sentir sus reclamos.

C) La Banca orista, vinculada a los intereses de los bancos europeos quería un gobierno que defendiera el patrón oro y pusiera fin a los intentos de mantener el curso forzoso y de emitir moneda.

martes, 15 de marzo de 2016

ACERCAMIENTO AL PERFIL DEL URUGUAY EN EL INICIO DE LA VIDA INDEPENDIENTE

Uruguay de 1830 -1860: perfil, rasgos y obstáculos en el camino de la organización del país

Población
Empecemos por el hombre. En 1800, según Félix de Azara, la población de la Banda Oriental era de 30.000 habitantes. En un padrón de 1829, se contaban 17.000 habitantes en Montevideo, con un desequilibrio muy grande entre los sexos pues había 6.600 hombres y 10.000 mujeres (el número global incluía 2.500 esclavos).
En 1830, se estimó la población total del país en 74.000 habitantes: 14.000 (19%) en Montevideo y 60.000 (81%) en la campaña. La densidad resultante, 1 habitante cada 2.5 kms, por baja, explica la escasa urbanización, la pobre sociabilidad rural en campos casi desiertos y el debilísimo mercado interno, incapaz de sostener ninguna industria.
Sociedad
Desde el punto de vista social, el nuevo país tenía un dualismo marcado: Montevideo -campaña.
La ciudad europeizada frente a una campaña semi-bárbara, la ciudad comerciante frente al campo productor, eran rasgos generadores de un agudo antagonismo, que se tradujo en las largas luchas entre "caudillos" y "doctores".
La campaña estaba habitada por el gaucho, habituado a la libertad y con pocas necesidades para satisfacer (con más frecuencia mediante el contrabando o el robo de animales que por el trabajo, no abundante en un medio donde primaba la ganadería extensiva). La carencia de una clase media de agricultores y estancieros pequeños que diera estabilidad al medio, la soledad de los campos creada por los numerosos latifundios, la facilidad de la obtención del alimento (ganado al alcance de la mano, sin marca y sin cerco), el desorden provocado por dos décadas de guerra, el odio a la autoridad (española, porteña, portuguesa, brasileña), siempre represiva; todo ello contribuyó a crear un clima de hostilidad a la ciudad, de donde venían las órdenes, los reglamentos, las trabas a una libertad personal que se consideraba como el máximo bien, en una escala de valores reducida.
Documentos 3.1
Charles Darwin en su libro "Viaje de un naturalista alrededor del mundo» describió la situación de la campaña oriental hacia 1832:
"Al día siguiente llegamos al pueblecillo de las Minas. [ .. ]La comarca está tan poco habitada, que apenas encontramos una sola persona durante un día entero de viaje. El pueblo de las Minas aún es menos importante que Maldonado [...]
Pasamos la noche en una pulpería o taberna. Gran número de gauchos acuden allí por la noche a beber y a fumar Su aspecto es muy chocante: suelen ser fornidos y guapos, pero llevan impresos en la cara todos los signos del orgullo y de la vida relajada; muchos de ellos gastan bigote y cabellos muy largos, ensortijados por la espalda. Sus vestidos, de colores chillones; sus grandísimas espuelas resonantes en los talones; sus cuchillos, llevados en el cinto a modo de dagas (de los cuales hacen tan frecuente uso), les dan un aspecto muy diferente de lo que pudieran hacer suponer su nombre de gauchos o simples campesinos. Son en extremo corteses; nunca beben sin pediros que probéis su bebida; pero mientras os hacen un saludo gracioso, puede decirse que están dispuestos a asesinaros si se presenta la ocasión..."
En Juan E. Pivel Devoto, Alcira Ranieri de Pivel Devoto, Historia de la República... ob. cit., p. 228.

El gaucho se expresó por el caudillo, suma de pericia y coraje, al que se adhería por admiración varonil y espontánea. Él fue centro de autoridad aceptada en el campo, tanto más cuanto se oponía o tamizaba a la que provenía de la capital. Si caudillo y gobernante eran la misma persona (Fructuoso Rivera), el Estado se hacía obedecer; si no lo era, la vida política de la ciudad y de la campaña corrían por carriles separados y con frecuencia se enfrentaban.
En la ciudad, la actividad comercial, que fue su esencia, marcó la vida económica, política y cultural. Abierta al mundo, las influencias ideológicas y de la moda europea calaron hondo en una burguesía que se iba enriqueciendo y aprendiendo a manejar el Estado a través de sus hijos doctores, como había manejado sus negocios familiares (estancia, comercio de importación, saladero, barraca, barcos). Miró a la campaña como sede de "barbarie", y a] gaucho como residuo del indígena salvaje que debía desaparecer para que la "civilización", que entendía representar, se asentara definitivamente en el país. Ello implicaba orden, autoridad, sujeción a la voluntad de los hombres cultos ("los doctores") de la ciudad.

Comunicaciones
Similar era la realidad de comunicaciones y transportes. A pesar de no tener accidentes geográficos relevantes, la falta de caminos y puentes era casi total (ni pensar todavía en el ferrocarril) y durante el invierno las carretas, diligencias y hombres a caballo no podían sortear muchos ríos. Por ejemplo, el Río Negro cortaba en dos a la República, y la parte norte del territorio hallaba más fácil comunicación, comercio y salida con Brasil que con su propia capital, Montevideo. Esta, todavía a mediados del siglo XIX, se comunicaba con los departamentos a través de dos correos terrestres mensuales (que trasmitían las disposiciones ordinarias del Gobierno Central). Desde el litoral, aprovechando el Río Uruguay, se demoraba 48 horas en "bajar" a la Capital (desde Paysandú, 400 kms), mientras que la diligencia que venía de Rivera -con pasajeros agotados- demoraba 6 ó 7 días para cubrir su distancia de 500 Kms.

Opiniones 3.1
La situación de los transportes en los inicios del Uruguay independiente
"En los primeros decenios de la República se constata la permanencia de los modos de transporte terrestre que caracterizaron la época colonial: la carreta tirada por bueyes y el caballo jineteado. Sin embargo se enriquece la utilización de los medios de transporte de tracción a sangre, mediante la introducción de la diligencia, así como en la mejora de las formas organizativas, mediante la incorporación de un modo de comunicación terrestre de mayor complejidad: el sistema de posta en postillones.
Las caravanas de carretas tiradas por yuntas de bueyes constituyen una forma generalizada en la comunicación entre distintos puntos del territorio nacional. La organización en caravanas es consecuencia de la inseguridad de la campaña, resultante de la ausencia de un efectivo dominio del territorio por parte del gobierno. [...]
La organización de las postas a caballo es, sin lugar a dudas, la innovación más trascendente del período [...] en relación a los modos de comunicación terrestre. El sistema de postas a caballo, o en postillones, implica, [...] una radical mejora técnica en el enfoque global del transporte terrestre. La complejidad del sistema se comprende si se piensa que está basado en la coordinación de postas locales [...] Ello supone la existencia de numerosas casas de postas, donde se produce el relevo de animales y hombres y eventualmente la distribución local de objetos, una disponibilidad cuantiosa de caballos y personal de postas [...] y una administración centralizada que organiza el sistema y responde ante el Estado en el cumplimiento de su contrato."

"Durante los primeros decenios de la República [permanecen] los modos de comunicación acuática, típicas de la época colonial, excepción hecha de la incorporación de los vapores, usados preferentemente en la navegación transatlántica.[...]
El transporte fluvial se realiza mediante embarcaciones que recorren el río Uruguay, el Río de la Plata y sus principales afluentes o mediante el sistema de jangadas, bajando el río Uruguay, en forma similar a lo acontecido durante la colonia.
Desde el año 1819, en el que el "Sabannah" une al nuevo y el viejo continente, los vapores en forma progresiva van sustituyendo, en particular para las grandes travesías, a los antiguos veleros."
Hugo Barachini, Historia de las comunicaciones en el Uruguay, Montevideo, Facultad de Arquitectura, 1981, pp. 37/46.

Economía
A este primitivismo correspondía la explotación ganadera, que determinaba la estructura económica del país. A la "caza" del ganado libre ("orejano"), sucedió la estancia cimarrona, donde se imponía al animal un matiz de mansedumbre aquerenciándolo en la zona, para luego cuerearlo. Algunos estancieros introdujeron tímidas prácticas de rodeo, castración y marca, que producían vacunos destinados a los saladeros. En cualquier caso, la ganadería fue extensiva y los latifundios predominaron en el campo, desarrollando una explotación donde había un vacuno por hectárea o hectárea y media, y un hombre cada 3, 4 ó 5.000 vacunos. Las guerras revolucionarias habían acentuado el desorden en la propiedad de la tierra y del ganado: ausencia de títulos, límites imprecisos, propietarios españoles emigrados que reclamaban sus tierras, donatarios artiguistas temerosos de expulsión por deber su propiedad a la Revolución, carencia o confusión de marcas de ganado; todo ello demoraría aún muchos años en solucionarse. Mientras, la que sufría era la única riqueza que tenía el país: la producción de ganado vacuno, debida, y esto debe subrayarse, a que la Naturaleza proporcionaba su sustento, pasto y agua, y no el esfuerzo del hombre.
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Documentos 3.2
Informe del cónsul francés en Montevideo, R. Baradére, sobre la situación de la ganadería hacia 1830:
"La verdadera riqueza [...] es la prodigiosa abundancia de ganado, que atrae el comercio de todas las naciones y suministra por si sola todos los medios de intercambio.
Es así que los cueros de caballo y de vacuno, las lanas de mediocre calidad constituyen los únicos productos que atraen aquí al comercio extranjero. Estas tres especies de animales se reproducen con una prodigiosa fecundidad sin necesidad de los medios rigurosamente necesarios en nuestros climas de Europa. [...]
La más abundante de las especies es, sin contradicción, da de los bovinos, llamado ganado vacuno que constituye por consecuencia la principal y verdadera riqueza del país. Es de lamentar que la administración no posea datos apropiados para calcular el número exacto de este ganado en todo el territorio [...] Recurriré aún a los registros de Aduana para dar una idea aproximada al respecto. Resulta de la compulsa de dichos registros que desde 1829 a 1833, es decir en el término de cinco años, se ha aportado por el puerto de Montevideo un millón trescientos cincuenta mil doscientos cuarenta y seis (1.350.246) cueros vacunos. Se puede aumentar grandemente esta cifra a un cuarto si se incluye en ella a los salidos por contrabando. A pesar de esta destrucción, que puede comparársele, por así decir, con la tala de nuestros bosques, el número de estos animales se halla en vías de gran aumento. Así, no es raro ver propietarios de muchos millares de vacunos, sin contarlos caballos y los lanares, y no temo ser tachado de exagerado al advertir que los hay que poseen de 30 a 40 y aún 50.000 cabezas."
Alfredo Castellanos, Breve historia de la ganadería en el Uruguay, Montevideo, 1971, pp. 48/49.

La agricultura era mínima, pues el alimento básico y casi único en el interior era la carne vacuna. Había chacras en los alrededores de los centros poblados, y especialmente de Montevideo, que abastecían la escasa demanda de trigo y hortalizas.
La industria se limitaba a pocos saladeros que elaboraban los cueros, carne salada (tasajo) o seca (charque) y sebos para la exportación. El ganado criollo era huesudo, de cuero pesado y resistente, lo que convenía a esta primitiva industrialización. Los cueros iban a Europa, y las carnes saladas servían de alimento a los esclavos negros de Brasil y Cuba. En la Colonia se había iniciado esa inserción del comercio internacional del país y la independencia no cambiaría nada en este plano por largos años.
En 1830, la exportación fue de $ 2.500.000, de los cuales e170% se debió a los cueros ($ 1.800.000); el 15% a] tasajo ($ 400.000), y el resto a sebos, grasas y crines. El país dependía de un solo tipo de productos (los derivados de la ganadería) y de pocos compradores (Inglaterra, con $700.000; Brasil, con $400.000). Desde su origen, entonces, fue monoproductor y dependiente.
Pero si se producía en forma primitiva, Montevideo, puerto de mar y abierto a las influencias, modas e ideas europeas, ya había adoptado hábitos de consumo correspondientes a países europeos del siglo XIX. En 1829 se importó mercadería extranjera por $2.500.000, y de ellos correspondieron $800.000 a vino español y telas inglesas. Producción primitiva y hábitos de consumo civilizados producían un desequilibrio evidente en la balanza comercial: en 1829-1830 se compró por valor de $5.277.000 y se exportó por $4.470.000. Se pagó el saldo en oro y el país comenzó a endeudarse.

Finanzas
La situación financiera del naciente Estado se correspondía con los pobres recursos del país. Ante una población escasa y en su gran mayoría indigente, las fuentes impositivas se angostaban. La única riqueza de importancia -tierras y ganados- abonaba mínimos impuestos por la total ausencia de contralor estatal y por la fuerte oposición de los grandes hacendados a pagar.
Sólo quedó como gran recurso el comercio exterior: la situación privilegiada de un Montevideo donde entraban productos europeas para el país y buena parte de la cuenca platense (e1 "comercio de tránsito") y salían cueros y tasajo de las fecundas praderas uruguayas para Europa y América, también fue aprovechada por un Estado ávido, que vivió muchos años de los impuestos de aduana. En 1829, por ejemplo, de un total de ingresos que no alcanzó a 1 millón de pesos, más de $700.000 correspondieron a los derechos aduaneros (78%). Atado a casi una sola fuente de ingresos, el Estado fue vulnerable a los sectores que se los proporcionaron a lo largo de todo el siglo ("alto comercio", importadores, saladeristas, barraqueros).
Si por el lado del ingreso la situación era difícil, no lo fue menos por el del egreso. El Presupuesto General de Gastos de 1831-32 ascendió a $700.000; de ellos, el Ministerio de Guerra absorbió los dos tercios en pago de sueldos, retiros, pensiones y armas. Es cierto que se salía de 20 años de guerra revolucionaria, que culminó con la independencia nacional, lo que explica el desmedido tamaño del ejército para los recursos del país, pero también lo es que el sobrante para atender otros gastos del Estado (jueces, 0.06%; instrucción pública, 0,02%; salud, 0,002%) por muchos años fue irrisorio.

Política
La Constitución de 1830, que los "doctores" elaboraron, parecía perfecta en el papel, pero era inadecuada a la realidad social, que se quería ignorar o superar. Negarle el derecho del voto al peón jornalero y al analfabeto, por citar un ejemplo, era anular políticamente a la mayoría del país y reservarse para sí, para las pocas familias privilegiadas económica y culturalmente de aquel Montevideo ochocentista, la conducción del Estado y el usufructo del poder.
El país todo carecía de madurez política: salvo el Cabildo, el período colonial no había ofrecido posibilidades de desarrollar experiencia de gobierno; durante la Revolución, ello fue posible en algunas oportunidades, pero la guerra devoró todo el tiempo disponible; el escaso nivel cultural de toda la sociedad (ciudad y campo) conspiró contra una experiencia política de gobierno propio: se confundió gobierno con caudillo, y autoridad con Constitución. Las luchas políticas se tradujeron en enfrentamientos personales en torno a las figuras señeras de la Revolución, cuya protección o enemistad decidía la suerte de los ciudadanos en desmedro de la imparcialidad de la ley.
Tampoco había una conciencia de nacionalidad. No podía haberla en realidad, cuando los vínculos con las Provincias Unidas (que remontaban a la época colonial) seguían siendo estrechos y sus problemas se confundían con los problemas orientales. Las fronteras con el litoral argentino y el noreste brasileño eran jurídicas (y todavía estas últimas indeterminadas), no alcanzando a romper las relaciones geográficas, sociales y hasta familiares que habían unido esos pueblos durante siglos.

Opiniones 3.2
El gaucho y los caudillos
"¿Qué entiende el gaucho de la política de la ciudad? [...J Alejado de la ciudad cuyos hábitos y política le son ajenos, huraño con el Doctor que le desprecia, receloso de las autoridades cuya arbitrariedad siempre teme, ¿cuál será su intervención en la vida pública? Necesariamente seguirá a los caudillos. El caudillo es un gaucho como los demás, por sus sentimientos y por sus hábitos, pero más inteligente, más enterado, más enérgico, más emprendedor; su prestigio le viene de la superioridad de sus condiciones respecto a la masa. El gauchaje deposita en él su confianza política; es una delegación de soberanía hecha de modo tácito; sabe que donde está el caudillo está su causa."

Montevideo y los doctores "La ciudad es europea por su cultura universitaria; en ella vive el comercio extranjero, y está en contacto con Europa por el viajante, por el intercambio, por la imprenta; la ciudad es la civilización europea establecida en América [ ...]."
Alberto Zum Felde, Proceso histórico del Uruguay, Montevideo, Universidad de la República, 1963, pp. 176/177 y 180.

Ningún gobernante uruguayo de estos años llegó a pensar en términos exclusivamente orientales; de allí la "internacionalización" de los partidos y el hecho de que el partido precediera a la Nación. En 1836, en la batalla de Carpintería, hubo "colorados" y "blancos", pero todavía no uruguayos.
La aún inexistente conciencia nacional fue bien aprovechada por los países vecinos. Herederos de los respectivos Imperios, ni Argentina ni Brasil, poderosas naciones, renunciarían fácilmente a su deseo de anexarse el territorio uruguayo. Intervinieron ampliamente en la política nacional para lograrlo, apoyando a caudillos o a doctores, a gobiernos o a revolucionarios, para fomentar situaciones que justificaran su intervención y posible establecimiento definitivo. Esa injerencia se correspondía con la visión todavía no-nacional de nuestros caudillos y de nuestros doctores, quienes no vacilaron – a su vez- en llamar a los países vecinos en ayuda de sus respectivos bandos políticos. Larga empresa fue para el país consolidarse como Nación, en la realidad política interna, en la convicción de sus gobernantes y en el sentimiento de sus habitantes y sólo cuando estuvo a punto de desaparecer como tal (como ocurrirá durante la Guerra Grande, 1839-1851), se tomó conciencia del peligro y se comenzó a transitar por la senda de la nacionalidad uruguaya.

luego de leer el primer panorama a trabajar!!!! 

Ejercicios
1- Busca en el diccionario y anotas las palabras que no entiendes.
2- ¿Qué diferencia hay entre los recuadros que se titulan “opiniones” de los que se titulan “documentos?
3- Subraya la información más importante.
4- Realiza una lista con las características del país en esta época.
5- ¿Qué era un gaucho y qué era un caudillo? ¿Qué diferencias hay entre ambos?
6- ¿Por qué el autor habla de una oposición entre el campo y la ciudad?
7- ¿Cuáles eran las principales actividades económicas? ¿Cuál era el problema mayor de la economía?
8- ¿Qué significa la inexistencia de conciencia nacional? ¿Qué problemas políticos trajo esto?
9- Realiza un cuadro con dos columnas: en una enumera las características del país y en la otra por qué son obstáculos para la organización del país. (Por ejemplo: Escasa población – problemas de seguridad.)
10- Después de haber leído el texto y realizado los ejercicios, explica porque los historiadores llamaron a esta etapa de la historia del Uruguay, entre 1830 y 1860, “El Uruguay comercial, pastoril y caudillesco” (para eso debes explicar y relacionar con lo leído cada una de las características de la frase)

lunes, 14 de marzo de 2016

La segunda revolución industrial y las transformaciones en el capitalismo.

La segunda fase de la Revolución Industrial se desarrolló en Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos y Japón. Comenzó hacia 1870 y se extendió hasta 1914, cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Durante esta segunda fase comenzaron a aprovecharse nuevas fuentes de energía y surgieron industrias nuevas. Los fabricantes de maquinaria textil y herramientas agrícolas necesitaban hierro barato y de buena calidad. En respuesta a estas demandas se introdujeron importantes innovaciones en la industria metalúrgica, que dieron por resultado un metal más puro y manejable, el acero, y originaron la industria siderúrgica. El petróleo comenzó a usarse como combustible en un nuevo artefacto de gran importancia tecnológica, el motor de explosión o de combustión interna. En 1859 este motor se aplicó a la iluminación, y en la década de 1890 al transporte. La primera fábrica de automóviles —Daimler-Benz, antecesora de la actual Mercedes Benz— se instaló en Alemania en 1890. Simultáneamente, también comenzó a utilizarse la electricidad como fuente de energía. La lámpara eléctrica revolucionó los sistemas de iluminación; pero, además, la electricidad se empleó para mover diferentes máquinas y en algunos transportes públicos, como los tranvías.Por ejemplo, Nueva York fue la primera ciudad en tener un sistema de alumbrado eléctrico en 1882. Las industrias características de la segunda fase de la Revolución Industrial fueron la siderúrgica, la química y la eléctrica. La aplicación de los nuevos inventos a la industria provocó profundas transformaciones en la organización de la producción. Además, las nuevas industrias requirieron inversiones de capital muy considerables; por esta razón, las empresas que las realizaron tuvieron una capacidad de operaciones y de negocios mucho mayor que las empresas características de la primera fase.


La relación entre industrias fue cada vez mayor: por ejemplo la construcción empleaba acero, cemento, hormigón, lo que permitía levantar edificios de gran altura como los que empezaron a renovar las ciudades norteamericanas. 
Se crearon vínculos más estrechos entre el laboratorio científico y la fábrica. Ejemplo de esto es el trabajo del químico alemán Justus von Liebig que desarrolló una manera para conservar la carne. 
Otros inventos revolucionaron las comunicaciones: el telégrafo eléctrico permitió unir regiones lejanas; el teléfono inventado por Graham Bell en 1876; la radio a partir de los inventos de Marconi en 1896; la máquina de escribir (inventada en 1867), la fotografía y las proyecciones cinematográficas (1895). En 1901 se produjo la primera comunicación por radio a través de océano Atlántico. Con el aumento de las comunicaciones creció enormemente la producción de papel, desde 1875, a partir de la madera. Más papel pero también mejores sistemas de impresión: en 1865 se inventó la rotativa para imprimir periódicos de más de 1 millón de ejemplares.

Los ferrocarriles primero, y los barcos a vapor, más tarde, hicieron los viajes más rápidos, más regulares y también más baratos. Al mismo tiempo, el comercio de larga distancia dejó de estar limitado a los productos de lujo. Los nuevos transportes crearon condiciones para el comercio de larga distancia, por tierra y por mar, de productos de mucho peso y volumen y menor valor relativo, como los alimentos. Por ejemplo, los barcos frigorificos permitieron el comercio intercontinental de carnes congeladas.

concentración de empresas nuevas formas de capitalismo: monopólico y financiero.

Las nuevas industrias y la competencia entre países exigían mejorar la calidad de los productos y, por lo tanto, mayor inversión de capitales en comparación con la primera etapa de la revolución industrial. Si bien los talleres artesanales y las pequeñas fábricas subsistieron, predominaron las grandes empresas y la concentración industrial. Por ejemplo, en Alemania apenas tres grandes grupos dominaban la industria química: Bayer, BASF y Hoechst; y otros dos controlaban la metalúrgica: Krupp y Thyssen.
Además de las sociedades por acciones o sociedades anónimas, se formaron los trusts y los cartels. Estos dos tipos de concentración industrial buscan imponer en el mercado el monopolio de un determinado producto tratando de eliminar la competencia.
Las fábricas distribuyeron el trabajo por turnos. A fines del siglo XIX, un ingeniero estadounidense, Frederic Taylor, formuló un nuevo sistema de organización del proceso productivo: la administración científica del trabajo, conocida también como taylorismo. Su objetivo era encontrar el ritmo óptimo de trabajo, definido como aquél en el que se lograba la mayor producción en el menor tiempo posible. Esta estrategia permitió a los empresarios apropiarse de un saber que hasta entonces era exclusivo de los trabajadores calificados. La fuerte inmigración de trabajadores no calificados a Estados Unidos, que se registró a fines del siglo XIX y principios del XX, generó un mercado de trabajo acorde con las necesidades de este sistema.
Se buscaba reducir el tiempo que el obrero le dedicaba a cada tarea logrando mayor efectividad. A esta forma de organización se la conoce como el taylorismo.
Otra transformación fue la cadena de montaje en la década de 1910, a partir de la introducción de nuevas máquinas-herramienta y la conexión de todo el proceso de trabajo a través de la llamada cadena de producción o cadena de montaje, los empresarios obtuvieron mayor cantidad de productos en el mismo tiempo. El empresario Henry Ford fue el primero en aplicar en su fábrica de automóviles esta forma de organización del trabajo, que combinaba el taylorismo con un mayor grado de automatización. Más tarde la nueva organización comenzó a llamarse fordismo.
La combinación de la producción en serie y la aplicación del taylorismo y de la cadena de montaje permitió un enorme crecimiento de la producción industrial. Estos sistemas de producción exigían mano de obra especializada.

"Nuestra primera manera de hacer el armado consistía en montar nuestro vehículo en el mismo lugar, con los obreros trayendo las piezas a medida que se necesitaban, como cuando se construye una casa. (...) Nuestro primer progreso consistió en aportar el trabajo al obrero. Hoy, todas nuestras operaciones se inspiran en estos dos principios: nadie debe realizar más de una operación; nadie, en lo posible debe agacharse. El resultado neto de la aplicación de estos principios es de reducir para el obrero la necesidad de pensar y de reducir sus movimientos al mínimo.
En la medida de lo posible debe hacer una sola cosa con un solo movimiento. El obrero que pone un bulón, no pone la tuerca; el que pone la tuerca, no la ajusta.
No hay en el taller una sola pieza del armado que no esté en movimiento.
El trabajo que consiste en hacer siempre lo mismo y de la misma manera, constituye una perspectiva terrorífica para algunas organizaciones intelectuales. Para algunas inteligencias, en cambio, el pensamiento constituye algo temible. Para estas últimas, la ocupación ideal es aquélla donde el espíritu de iniciativa no necesita manifestarse. No he comprobado que la repetición de movimientos en el trabajo lleve al obrero a ningún tipo de perjuicio."
Henry Ford, citado en Laran y Willequet



Dentro de la tipología de concentraciones empresariales de ese momento destacan:

1.  El cártel es la agrupación de empresas de un mismo producto para controlar el mercado y evitar la competencia, pero sin perder su independencia. Por ejemplo, el cártel hullero alemán, que llegó a agrupar 100 empresas mineras.
2.  El trust es la asociación de varias empresas que cuentan con un solo directivo para gestionar la producción de todas ellas. Por ejemplo, laStandard Oil Company, fundada por Rockefeller en 1882.
3.  El holding es una sociedad financiera que controla varias empresas mediante la adquisición de la mayoría de sus acciones.

Todas estas agrupaciones tienden al monopolio y, a veces, sus poderes son tan grandes que pueden incluso utilizarse como medio de presión ante los Estados; de ahí que la legislación de algunos países se orientase hacia su prohibición.

Caricatura de la Standard Oil Company, por Udo J. Keppler (1904)
Un pulpo que tiene agarrados a inversores, industrias, gobernaciones, al Congreso
 y se acerca peligrosamente a la Casa Blanca.

Fuente: Wikimedia Commons

Este nuevo tipo de sociedad tenía como arquetipo al hombre de empresa que, con audacia e intuición, se convierte en el fundador de los monopolios. Rockefeller es el gigante del petróleo, Carnegie del acero, Morgan de la Banca, Ritz de la hostelería, Hearst del pe­riodismo, etc. Las dimensiones universales que adquiere la producción industrial provocan que a las antiguas ferias les sucedan las exposiciones internacionales como lugares de intercambio.

Un ejemplo de concentración industrial en Alemania.
Augusto Thyssen nació en 1842. Su padre poseía una pequeña fábrica de alambre. (…) En 1871 fundó en Mülheim una fábrica que, bajo el nombre de Thyssen y Cº, fue la base de todas sus empresas. (…) En 1884, Thyssen y Cº compraron una fundición y una fábrica de máquinas próximas a su establecimiento.
Thyssen había comprendido que para conseguir el poder industrial que aspiraba era necesario ser propietario de minas de carbón, puso sus ojos en muchas concesiones de las que pudo hacerse dueño comprando sus títulos. Para abastecer a sus fábricas, creó puertos sobre el Rin. Años más tarde, las preocupaciones de Thyssen estaban puestas en la búsqueda de mineral de hierro por todo el país: en 1910 empezó junto con capitales franceses a explotar mineral de hierro en Normandía y altos hornos en Caen (Francia). (…) Finalmente, fundó y administró la banca renana de Mülheim.

1. Identifica el tipo de concentración empresarial aplicado por Thyssen. Fundamenta.


“(...) Fundada en 1870 por D. Rockefeller en la ciudad de Cleveland y con un capital de un millón de dólares, Rockefeller, para eliminar competidores, adoptó una política indirecta; la del control de los transportes mediante la compra de compañías ferroviarias y de navegación.
Desde 1872 gracias a su filial ferroviaria (...) Logró el monopolio del transporte del petróleo (...). Algunas de las compañías integradas dificultaban algunas gestiones y maniobras financieras. Para evitar estas dificultades, Rockefeller decidió crear una estructura nueva y genuina: el trust. Mediante una convención, las acciones de todas las compañías quedaban asociadas en manos de un consejo de nueve personas. Con ello guardaba la dirección efectiva del enorme organismo, que se llamaba ahora Standard Alliance Oil Co. Of Ohio, sin oposición alguna (...).”

V. Vázquez de Parga. Historia económica mundial.

“Constituida en 1901 por la integración de una sociedad bancaria, dirigida por John P. Morgan, magnate de las finanzas, y un trust siderúrgico encabezado por A. Carnegie, la Carnegie Company of New Jersey, con capital de 160 millones de dólares, agrupaba entonces 11 compañías que, a su vez, controlaban otras 170 subsidiarias (...). Este holding gigante integrado por 783 establecimientos y fábricas, poseía los mejores yacimientos de hierro del Lago superior, varias minas de carbón e Pennsylvania , una flota de 110 navíos, una red ferroviaria de 2.340 km, 77 altos hornos y 250 hornos de laminado.”
V. Vázquez de Parga. Historia económica mundial.

El fin del capitalismo liberal

En las últimas décadas del siglo XIX, la economía capitalista sufrió una importante crisis originada por la fuerte caída de las ganancias de los empresarios. Esta disminución de las ganancias fue resultado de, por un lado, la caída de los precios de las mercaderías, consecuencia de la cada vez más fuerte competencia entre las empresas; y por otro lado, de la imposibilidad de bajar los costos reduciendo el salario de los trabajadores —ante la presencia cada vez más fuerte del movimiento obrero organizado. La gravedad de la situación planteó a los gobiernos de los países capitalistas la necesidad de revisar las ideas, aceptadas hasta entonces, sobre la no intervención del Estado en la economía. Los gobiernos de Francia, Alemania y de Estados Unidos comenzaron a intervenir realizando acciones concretas para evitar futuras crisis. Entre otras medidas, aplicaron políticas que restringían el ingreso de productos extranjeros en los mercados nacionales y emprendieron la conquista militar de nuevos territorios. La expansión imperial sobre Africa y Asia tuvo como objetivo obtener nuevos mercados y fuentes proveedoras de materias primas. A partir de entonces, los gobiernos de las potencias capitalistas abandonaron los principios del liberalismo económico y comenzaron a considerar a los otros Estados capitalistas como rivales.